En estos tiempos inciertos, la búsqueda de fórmulas para fidelizar a los clientes se ha convertido en una prioridad de la que no son ajenas las bodegas adscritas a la Denominación de Origen Ribera del Duero. Buena muestra de ello la ofrece la elaboradora Adrada Ecológica, ubicada en la localidad burgalesa de Adrada de Haza y pionera en la producción de vino amparado por este marchamo de calidad siguiendo la normativa de la agricultura ecológica. Esta bodega ofrece la posibilidad de adoptar una barrica de 225 litros que, con el paso del tiempo, se convertirá en 48 cajas de seis botellas de 0,75 litros cada una que podrán ser enviadas sin coste alguno al domicilio del padrino.
«Esta iniciativa tiene como fin acercar la cultura del vino a nuestros clientes y amigos, hacerles partícipes de todo el proceso de elaboración de nuestros vinos ecológicos Kirios de Adrada con Denominación de Origen Ribera del Duero», señalan desde la bodega, apuntando que el ciclo se inicia con la vendimia de la uva de cultivo ecológico, pasando por la elaboración y el envejecimiento en barrica durante 18 meses, hasta el etiquetado personalizado.
Los adoptantes podrán optar por dos caldos diferentes, Kirios de Adrada Noche yt Kirios de Adrada Todo, ambos con un periodoi de crianza en barrica de roble francés de 18 meses, y para los que se han fijado unos precios, respectivamente, de 3,850 y 5.900 euros. Los dos, además, están calificados por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero y por el Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León.
Una placa identificativa
En el momento en que se formaliza la adopción, se colocará en la barrica una placa visible para todas las personas que visiten la bodega. En ella, igual que posteriormente en las botellas de vino, se incluirá una inscripción en la que puede constar el nombre del padrino, de una pareja, de una empresa con su logotipo, una frase que resulte significativa o, incluso, podrá dedicársela a alguien.
La adopción no tiene por qué realizarse de forma individual, sino que puede plantearse por una pareja, un grupo de amigos, como empresa, asociación, en familia, y cuantas fórmulas se puedan ocurrir a los interesados.
Además de la obtención de un certificado de propiedad y disponibilidad del vino, recurrir a esta fórmula permitirá participar en la vendimia de las uvas que se utilizarán para su elaboración, visitas para el seguimiento y cata del caldo y la reserva de las botellas de vino en la bodega subterránea para mantenerlas en perfectas condiciones hasta que el propietario desee recibirlas. Además, se recibirá información puntual sobre la evolución del vino.
La adopción de la barrica abre las puertas a, a partir de septiembre, promover un sistema similar para adoptar viñas de entre 60 y cien años de escasa rentabilidad, debido a que su ubicación impide su mecanización. Esta iniciativa está pensada para personas que no pueden tener viñedos y permite a los padrinos disponer del vino producido con ellas, pero también controlar todo el proceso, trabajando incluso en la vendimia. Las cepas se darán en adopción en lotes de un centenar.
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